sábado, 30 de mayo de 2009

Paseo de Los Tristes y El "triste" Paseo



El Paseo. Todo tijoleño sabe lo que es, y sabe lo que era. Permitirme el juego de palabras del título. No es comparable, ya lo se. El Paseo de los Tristes de Granada es de lo lugares del mundo donde uno quisiera estar permanentemente. Cuando llegué a Granada en el año 1992 aquel sitio me cautivó. Era maravilloso. A pesar del tráfico y del caos de las desordenadas terrazas de los bares que inundaban todo de sillas y mesas. Años más tarde todo cambió. El trafico se limitó hasta casi desaparecer, y las terrazas se ordenaron en zonas con pérgolas llenas de glicinas. Toda esta transformación contribuyó a que el lugar además de ser alucinante se pudiera disfrutar. Los turistas, encantados. Los restauradores y otros comerciantes, encantados. Y los vecinos y habitantes de ese privilegiado lugar más.

En Tíjola, es el Paseo el mejor lugar dentro del casco urbano. Espacio sin trafico, zonas donde pasear, jugar y disfrutar del buen tiempo. Enormes árboles que dan sombra, jardines llenos de flores y césped; rosales que pintan de rojo los muros por los que trepan. Eso es lo que era. Paseen ahora por él. No es motivo de orgullo. Ya nadie se hace fotos de novios recién casados allí. En los 10 últimos años han ido desapareciendo árboles que tenían más de 30-40 años (la última vez que conté faltaban casi 40); lo que queda de césped es pura imaginación; los rosales sobreviven asilvestrados; farolas rotas, bancos en lamentable estado y una estructura de hierro oxidado que aún me cuesta entender qué función cumple además de la de generar un peligro por derrumbe. Y por supuesto en el centro, un bar que no contribuye a la limpieza ni al cuidado y respeto de todo lo que lo rodea.

Esto también es Tíjola. La responsabilidad de ese deterioro es de todos. Del que lo maltrata del modo que sea (rompiendo farolas o vasos de cristal), del que no impide que eso ocurra, del jardinero que realiza podas brutales porque ni siquiera sabe distinguir entre un árbol de hoja perenne y otro de hoja caduca, y de los que permanecemos callados diariamente pensando que hay cosas más importantes. Quizás nos estemos equivocando a la hora de otorgar esa importancia. Quizás tengamos que valorar en profundidad qué es Tíjola, y qué queremos que sea. Nuestras tradiciones son un pilar primordial, pero nuestro entorno natural y paisajístico es otro de los grandes pilares.

2 comentarios:

  1. ¡Vaya! Has salido guerrero jejejeje La verdad es que siempre es bueno que los ciudadanos se preocupen por su pueblo, y que sean un poco críticos con la intención de mejorarlo.
    Yo no conozco Tíjola ni sé cómo es ahora y cómo era antes...pero cuando la conozca espero que el paseo esté arreglado ;-)

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  2. Es verdad. Soy muy crítico con las cosas que quiero. Pero es la única forma de mejorar y abanzar, ser crítico, no conformarse. Y en este caso conformarse implica que en 10 años más El Paseo sea un auntentico desastre.

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