Hay canciones que se clavan en ti, y que sin entender del todo porqué, se mimetizan con uno, o uno con ellas, hasta el punto de que cuando suena en la radio o alguien la tararea parece que se dirigen a ti, porque es parte de ti. Imagino que parte de ese misterio esta unido al tiempo, a los momentos vividos, a los recuerdos. La música tiene ese poder de trasportarte a momentos pasados con mayor rapidez y efectividad que ningún otro camino. Y esta canción causa ese efecto en mi; aun no entiendo porqué.
Se acerca final de año, y por fin ha llegado el frio a este2009. Este año el veranillo de San Miguel ha durado casi tanto como el verano entero, mejor dicho, se ha comido medio otoño. Peró llegó; y como decía en la entrada anterior, deseoso de que llegue una nueva nevada. Por un lado perplejo de que los meses se hayan esfumado con esta rapidez que empezamos a percibir los treintañeros. Y por otro impaciente porque haya momentos futuros mejores, o repetir a ser posible las buenas sensaciones vividas.
Como veis, no tengo nada que contaros, sólo divagaciones de una tarde fría de Diciembre, en la que huele a leña quemada en las calles de Tíjola, o a morcilla recién hecha en alguna fábrica de embutidos cercana, o a bizcocho horneado en la casa de algún vecino. Es placentero ver que algunas cosas permanecen igual a lo largo del tiempo. Aun y así, no creo que haya tiempos pasados mejores. Lo bueno siempre está por llegar, aunque da vértigo.
Empecé este blog siendo bastante crítico con algunas cosas de mi entorno. Cuando en algún momento hacía referencia a conservar o potenciar algunas tradiciones de los pequeños pueblos andaluces, no pensé en algo muy propio del mes de Diciembre como son los Belenes, y los villancicos andaluces, cantados con tanta alegría que sorprenden a cualquier extranjero. No lo sé con certeza, pero tengo la sensación de que habría que recuperar muchas de esas cosas. No tantas cenas de empresa, y si salir a pedir el aguinaldo. Poner el acento en lo personal más que en lo material. Reconozco mi error, y también mi culpa. Hace años, me encantaba montar el Belén de mi casa, pero un cúmulo de circunstancias hizo que esa ilusión se perdiera. Y si, para culminar este año tan creativo y fructuoso, me he propuesto volverlo a montar. La causa no es otra que la ilusión de alguien que quiero, que a falta de la propia ilusión, pues también vale. Por amor. Por quererte.
martes, 1 de diciembre de 2009
Diciembre
POR QUERERTE
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Parece que el espíritu navideño a llegado a tu patio jejejeje. El caso es que hay veces que uno se tiene que parar, sentarse y pensar. Unas veces lo hace por iniciativa propia, cuando nos decimos "así no puedo seguir"; otras veces, son las propias circunstancias las que te obligan a parar y a aprovechar la coyuntura. Como cuando en una mudanza, aprovechamos para deshacernos de todo aquello que se ha convertido en una carga. Y es así como nace una nueva persona, o tal vez la de siempre renovada. Pero casi siempre mejor. Estoy seguro de que éste es tu caso, y ya empiezas a ver los resultados.
ResponderEliminarMe haces emocionarme. Mi mudanza está siendo larga. Lo sé. Y me alegra que tu veas esos resultados. A veces ni siquiera yo los veo. Pero gracias por todo.
ResponderEliminarCuando dentro de unos anos mires hacia atras, los veras. Te alegraras de haber recuperado algunas cosas, y te entristeceras de haber perdido otras. Todos los cambios son asi, necesitan su tiempo, y un proceso individualizado que los demas no podemos juzgar.
ResponderEliminarMiguel Ángel:
ResponderEliminarA lo largo de la vida uno crece, en cuerpo y en espíritu. Madura, pone en la balanza los aspectos a valorar y reconoce la importancia de lo esencial.
Los cambios son necesarios para la madurez mental. Quien no cambia ... se perdió esos años de vida.
Hay que crecer como ser humano.
Coincido contigo en el mensaje que ciertas canciones producen en mí, ese sentimiento es íntimo y privado.
¡¡ FELIZ NAVIDAD Y FELIZ CUMPLEAÑOS !!